Gracias | Paul Auster
La novela es el único lugar del mundo donde dos extraños (autor y lector) pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad.
Paul Auster
Gracias, gracias, gracias
Gratitud en medio del estupor, del vacío. Sí, gratitud. Por incontables horas de lectura placentera y gozo surgido de la brillantez y el ingenio inesperados (y con los años esperados). Pocos escritores poseen un estilo tan auténtico y peculiar que sus lectores fieles lo reconocen de inmediato y, sonriendo con satisfacción, encuentran consuelo en él. En el caso de Auster, todos nos sentimos en casa después de solo una o dos páginas.
Siempre he dicho que me encantaría pasar unas horas dentro de la cabeza de Auster y, como una mosca minúscula en la pared, observar la maquinaria, el mecanismo de relojería. Supongo que ese deseo en particular no es más imposible hoy que antes, pero aún no me siento preparado para abandonarlo.
Baumgartner de Auster & Blackstar de Bowie
La Trilogía de Nueva York marcó un antes y un después en mí, como una puerta que se abre a un mundo tan especial que una vez lo has visto, no puedes dejar de verlo. Con Baumgartner (y aquí no puedo evitar ver un paralelismo con Bowie y su último álbum Blackstar) se cierra el círculo, pero la puerta permanecerá abierta.